viernes, 21 de agosto de 2009

La huella del crimen...


...nasal, del piñazo que me pegué anteayer, la sangre si es real y propia, el cuchillo no tiene nada que ver, si el sitio, que es exactamente donde casi me dejo el "careto" pegado en el aspero y corrugado asfalto, que dolor, no al pronto, sino poco después y cuando el enfermero te hace la cura, madre mia, se ven las estrellas, el firmamento entero y unas ganas de pegarle una patada en..., que no se imagina nadie, salvo el que lo pasa (esto último es broma, adoro el trabajo de los enfermeros/as).


El desenlace, no es sano decir "se me estan hinchando las narices".

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